El Santander: Su primer avión.
Camilo Daza, un hombre de visión, emprendió un viaje a España con su copiloto Joaquín Cayón. Su misión era clara: seleccionar un avión que pudiera llevar a Cúcuta. Después de realizar pruebas rigurosas y familiarizarse con la máquina, Camilo y Joaquín desmontaron el avión, lo empacaron cuidadosamente en cajas de madera y lo embarcaron hacia Curazao. En el mismo barco, Camilo navegó hacia Colombia, llevando consigo la promesa de conquistar los cielos.
El plan de Camilo era simple: armar el avión en Curazao y volar directamente a Cúcuta, con una escala en Maracaibo, Venezuela. Sin embargo, después de desempacar y armar el avión y realizar algunas exhibiciones en Curazao, surgieron dificultades. La falta de gasolina por la capacidad insuficiente del tanque de combustible frustró el proyecto de Camilo. Ante tales dificultades, se vio obligado a desarmar nuevamente el avión, empacarlo y embarcarlo rumbo a Maracaibo, en tránsito para Cúcuta, Colombia.
Al llegar el barco al puerto de Maracaibo, Camilo procedió a desembarcar y armar el avión, listo para volar a Cúcuta. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El gobierno de Venezuela, bajo el dictador Juan Vicente Gómez, incautó el avión y arrestó a Camilo, creyendo que el avión sería utilizado para atacar el palacio presidencial y dar un golpe de Estado. Después de un riguroso interrogatorio, Camilo fue liberado, pero se le ordenó abandonar el territorio venezolano en menos de veinticuatro horas.
Camilo regresó a Cúcuta, dejando el avión a la intemperie cerca del Lago de Maracaibo, expuesto a las inclemencias de la naturaleza y los efectos corrosivos de la brisa marina. Denunció lo sucedido en Maracaibo y solicitó el apoyo de sus paisanos, amigos y familiares para la devolución del avión. Escribió al presidente de Colombia, el General Ramón González Valencia, y su reclamación culminó exitosamente con la entrega del avión más de un año después del incidente.
A finales de 1921, el Gobierno de Venezuela entregó el avión, que había sido desarmado sin técnica ni cuidado y empacado desordenadamente por inexpertos. Llegó a Cúcuta faltándole algunas piezas, con piezas enmohecidas, el fuselaje oxidado, el caucho de las ruedas podrido, la lona de las alas podrida y el motor casi inutilizable. Sin embargo, Camilo no se desalentó. Durante cuatro largos meses, trabajó arduamente para reparar y acondicionar el avión, utilizando materiales rudimentarios. Finalmente, el avión, al que llamó “Santander”, estuvo listo para volar.
El 2 de septiembre de 1922, a las nueve de la mañana, el “Santander” surcó los cielos de Cúcuta. A pesar de un vuelo experimental fallido, Camilo no se desalentó y continuó trabajando en la máquina hasta que funcionó perfectamente. Ese día, el “Santander” voló sobre los valles de Cúcuta y aterrizó felizmente, siendo recibido por el público como un héroe nacional.
Así, Camilo Daza abrió el camino a la aviación comercial en Colombia. A pesar de los obstáculos y desafíos, su determinación y espíritu pionero prevalecieron. El “Santander”, aunque finalmente se consideró inservible debido a los daños sufridos, dejó un legado duradero. La historia de Camilo Daza y el “Santander” es un testimonio de la audacia, la innovación y el espíritu indomable del ser humano.
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