Escuelas resilientes: una mirada al concepto.

El concepto de escuelas resilientes emerge de la intersección de dos campos principales: la educación y la psicología, específicamente en el área de la resiliencia.

El término «resiliencia» originalmente proviene de la física, refiriéndose a la capacidad de un material para recuperar su forma original después de ser sometido a presión. En psicología, este concepto se adaptó para describir la capacidad de las personas para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas.

En el contexto educativo, el concepto de escuelas resilientes comenzó a ganar prominencia en las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, como respuesta a diversos desafíos que enfrentan las instituciones educativas, tales como:

Cambios sociales rápidos
Desastres naturales y crisis humanitarias
Violencia escolar y comunitaria
Desigualdades socioeconómicas
Presiones académicas crecientes

Las escuelas resilientes se conciben como instituciones capaces de:

Adaptarse a cambios y adversidades
Mantener un ambiente de aprendizaje positivo y seguro
Fomentar el desarrollo socioemocional de los estudiantes
Promover la resiliencia individual en alumnos y personal educativo
Colaborar efectivamente con la comunidad

Este concepto se nutre de diversas fuentes teóricas, incluyendo:

Teoría de sistemas ecológicos de Bronfenbrenner: Esta teoría, desarrollada por Urie Bronfenbrenner, propone que el desarrollo humano se da en un contexto de sistemas interconectados. En el contexto de las escuelas resilientes, esta teoría es fundamental porque:

Reconoce que la escuela es parte de un sistema más amplio que incluye la familia, la comunidad y la sociedad.
Enfatiza la importancia de las interacciones entre estos sistemas para fomentar la resiliencia.
Ayuda a entender cómo los factores externos influyen en el funcionamiento escolar y el desarrollo de los estudiantes.

Estudios sobre factores protectores en el desarrollo infantil: Estos estudios, liderados por investigadores como Emmy Werner y Ruth Smith, identificaron características que ayudan a los niños a superar adversidades. En el contexto escolar, esta investigación:

Resalta la importancia de crear ambientes escolares que fomenten estos factores protectores.
Identifica elementos clave como relaciones de apoyo, altas expectativas y oportunidades de participación significativa.
Informa las estrategias para desarrollar resiliencia en los estudiantes.

Investigaciones sobre escuelas efectivas: Este cuerpo de investigación, desarrollado por autores como Ron Edmonds y Larry Lezotte, se centra en identificar las características de las escuelas que logran buenos resultados a pesar de enfrentar desafíos. Estas investigaciones:

Proporcionan un marco para entender qué hace que una escuela sea exitosa en circunstancias adversas.
Identifican factores como liderazgo fuerte, altas expectativas, ambiente ordenado y seguro, y monitoreo frecuente del progreso de los estudiantes.
Contribuyen a la comprensión de cómo las escuelas pueden mantener su efectividad frente a la adversidad.

Psicología positiva: Este enfoque, promovido por Martin Seligman y otros, se centra en las fortalezas humanas y el funcionamiento óptimo. En el contexto de las escuelas resilientes:

Proporciona un marco para enfocarse en las fortalezas y recursos de la escuela, en lugar de solo en los problemas.
Introduce conceptos como el bienestar, la felicidad y el florecimiento en el ámbito educativo.
Fomenta prácticas que promueven emociones positivas, compromiso y relaciones significativas en el entorno escolar.

Teoría de la resiliencia comunitaria: Desarrollada por investigadores como Froma Walsh, esta teoría examina cómo las comunidades se adaptan y prosperan frente a la adversidad. En el contexto escolar:

Ayuda a entender cómo las escuelas pueden funcionar como comunidades resilientes.
Enfatiza la importancia de la cohesión social, la identidad compartida y los recursos colectivos.
Informa estrategias para fortalecer la capacidad de recuperación de toda la comunidad escolar.